Pax Dei, un nuevo comienzo para Villa Gea

Pax Dei, un nuevo comienzo para Villa Gea

    Año 1 D. W. (Después del Whipe). Extrañas fuerzas movieron la tierra, abrieron caminos en las montañas, cambiaron los lagos, ampliaron los valles. La fauna y la flora se entremezcló, todo había cambiado. Los Descendientes de Gea vieron como Villa Gea había desaparecido, como por arte de magia todo se volvió naturaleza. Y tocaba, empezar de nuevo.

    Pero no con las manos vacías. Todos los recursos que se habían adquirido aparecieron en un espacio interdimensional. Había que reconstruir, si; pero ahora teníamos los medios y los conocimientos adquiridos. ¿O no?

    Antes había que encontrar el lugar idóneo, un lugar relativamente extenso y plano, con poco obstáculos para construir. Cerca de recursos como piedra, arcilla, hierro y madera. Cerca de los principales caminos, para poder moverse rápidamente y establecer rutas de comercio y cerca del agua, que da la vida.

    El hogar es el hogar y por ello regresamos a Tremen, pero lo que antes era una tierra próspera y a penas llena de gente, ahora era un hervidero de actividad.

Emplazamiento de Salias

  Busquemos, pues, un nuevo emplazamiento y los Descendientes se pusieron en marcha para encontrar la mejor ubicación entre todas las provincias. ¿Pero que había pasado? Había gente por todas partes, los lechos de los ríos estaban salpicados de terrenos a medio construir, es como si el mundo hubiera encogido. Fueron muchos los lugares explorados, pero de ellos 2 eran los que más potencial tenían Salias y Tolosa. Al final Tolosa fue la elegida.

   

Emplazamiento de Tolosa

Tolosa, un próspero valle donde comenzamos a construir. Los vecinos comenzaron a asentar sus parcelas. Había que organizarse. En el centro, el edificio de distribución y alrededor los talleres. Todo iba viento en popa, ya que como recordaréis teníamos en posesión todos los materiales de la antigua villa. Pero 2 días después algo pasó… Todos perdimos la memoria, aquellas cosas que sabíamos hacer las olvidamos. Ya no sabíamos construir suelos de madera, ni paredes de madera y arcilla. Los artesanos no recordaban las recetas y el caos volvió a la villa.

    Sin embargo, la constancia dio sus frutos, y más villanos se fueron uniendo al pueblo, cada vez más edificios se alzaban en la villa y poco a poco conocimientos de antaño olvidados, fueron volviendo a nuestra mente. Es un nuevo comienzo, lleno de aventuras ¿Que nos deparará el futuro?

Nueva villa